Lobos feroz

Desde que escribo paras Gazpachoss, he visitado muchisimos lugares de campo, soy un convencido que a las fueras de Buenos Aires, un bon vivant puede encontrar de todo para ser feliz. Desde la armonía de la naturaleza en sus grandes extensiones de verdes eucaliptos a los manjares que denotan un fuego de quebrachos chisporropiantes. Pueblos que respiran el verde de la pampa húmeda, como en Lobos, cuya historia de placer, la cumplimos en un día.

¿El lobo está?

Para llegar a Lobos desde Buenos Aires, hay varias y faciles formas, en auto, por la Autopista que une cañuelas-Ezei za, en combi, con la destacada Lobos-bus, o en tren (Once-Merlo-Lobos). Nosotros nos fuimos en tren, dado que nos habían comentado que es un hermoso paseo, cruzando desconocidas estaciones de tren y campo en casi en 120 minutos( si..casi dos horas). Sin embargo, el viaje se disfruta. Al llegar nos fuimos directo( sin escala previa) a la impresionante estancia La Candelaria, cuna de tradición, alcurnia y polo y sede de un inmenso castillo de estilo fránces (motivo por la visita de vuestro escriba).

El dia lo completamos con un suculento asado al asador, rondas por sus jardines montados un alazán bastante vago y claro está. Siesta bajo la sombra del alcázar real del castillo.
A la noche, no esperaba Silvia, quien con sumo arte y paciencia, puso la puesta a punto de la casa del fundador de Lobos. Una casa de 1850, reciclada con estilo. Con 3 únicas habitaciones, ser su huesped, implica sentirse a gusto, trasladarse al estar no haciendo nada, o es decir, haciendo todo para pasarla bien. Nos despedimos sin no antes, tomar un desayuno, en una hermosa y tradicional cristalería italiana, donde no faltó nada, pues en la mesa había: Leche, cafe, tes de jazmín, cereales, quesos, frutas, jugos de citricos y media lunas bien crocantes.

Al invierno, no se lo comen los lobos( anónimo)

Lobos, que históricamente se lo relacionaba con salidas de camping y pesca, se le está cambiando la cara.! ciudad brillante y reluciente, donde todo parece transformarse para recibir al pequeño miniturista de finde semana. Bares donde el café es la excusa para llenarse de los nuevos y jovenes parroquianos. como en La Marina, un clasico de Lobos, donde por las tardes, una picada entre amigo es una parada obligada. conocimos el Club Social Lobense, donde una esquina de un viejo edificio se transforma en restaurant con manos de chefs experimentados y muy pocas mesas.

Lobos está ahí no mas, esperando que nuevos amigos, ansiosos del buen vivir que se permitan saber que lobos, yo no es lo de antes, ahora ya es bon vivant.

Lord .:

referencias:

Lo de salgado ( Bed & breackfast)

Municipalidad de Lobos