"poner en contacto las ideas y los hombres, hacer desaparecer al egoísmo y acordar la mas decidida protección al trabajo".
(Lema del c.del.Progr)
Hace mucho tiempo, en un país muy lejano…
Existía en Buenos Aires, un club, donde las mas alta alcurnia de la elite política del país, se reunía para comer, debatir, y filosofar una idea del país que se venía. Fue un club sin banderías políticas, donde conservadores, radicales, y socialistas, se fusionaban en tradición y buen gusto, claro, era el Club del Progreso, una maravilla intelectual del siglo XIX, donde alguna vez, pro hombres de la talla de Urquiza, Mitre, Sarmiento, Roca, Luis Sáenz Peña, Quintana, Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Yrigoyen, entre otros presidentes, ministros y artistas. Hombres de letras y de ciencias, de Aristóbulo del Valle, Miguel Cané, Lucio V. Mansilla, Estanislao del Camp, sin embargo…
El club estuvo a punto de desaparecer, renació, y abrió sus puertas para la comunidad en general. En el Club del Progreso, las cosas están cambiando, o por que no, ¨progresando¨ Un grupo de socios, reaccionó a la barbarie del descuido, de lo lamentable que sería para la ciudad, e incluso, para la historia, si se dejaba morir, un sitio como este, un lugar de altísimo valor cívico-arquitectónico, como lo es este edificio señorial con una gran biblioteca y, cuadros de sus muchos e ilustres personajes asociados, un bar y, un notable restaurante.
Dígale si al Progreso
Y sí, le dijimos si, y fuimos a conocer esta renovación culinaria de alta gama que se estaba gestando en el club del progreso, 3 salones comedores, un bar, de esos, donde se respiran tragos clásicos, un horno de barro, donde según dicen, sale uno de los mejores cochinillos al plato de Buenos Aires. En fin, las condiciones estaban dadas para ser un progresista en una velada muy especial.
Cenamos en el encantador salón principal, aunque dado que veníamos de otro evento, solo hicimos un pequeño testing, pero de lujo, de la mano de la amabilísima chef María Eugenia Suárez Bellini. Probamos el siempre y bien ponderado, revuelto gramajo , empanadas de carne cortada a cuchillo($ 16) buñuelos de seso y acelga($18) y de postre…, hay mamita, que postre. un escultural e inolvidable (al paladar) banana split. Aunque ya saben, hay una carta que da gusto ojearla con hambre y billetera. No me quiero olvidar de las costillitas de cordero a la vileroy($45) un plato con historia que según la revista club del vino, la destaca como un clásico de antaño. En fin, si usted me lee caballero, si usted le pide la mano a su prometida, en este lugar, seguro que acepta.
Lord .:
http://www.restorandelprogreso.com.ar/index.html
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